En el marco del Día Internacional de la Mujer, unas 10 mil mujeres marcharon por esta ciudad para exigir al gobierno estatal y federal que paren los feminicidios, porque que han contabilizado mil 303 en los últimos 22 años en Morelos, aseguraron las mujeres que organizaron la marcha. La marcha comenzó a las 14 horas en la glorieta de Tlaltenango y concluyó tres horas después en el zócalo de la ciudad. Durante el trayecto de esta, hubo destrozos materiales en las oficinas de la judicatura del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), ubicadas en la avenida Obregón; y también en palacio estatal, ubicado este en el zócalo, en donde rompieron vidrios; en este último inmueble desde adentro les lanzaron gases lacrimógeno para dispersarlas. Posteriormente, realizaron un mitin en donde mencionaron que “la violencia feminicida debe señalarse que la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos ha documentado 1,303 feminicidios del año 2000 al 2022, siendo este último año el más violento para las mujeres de este territorio (con 107 feminicidios), pese a existir una Alerta de Violencia de Género que debería implementar acciones para garantizar la seguridad y vida de las mujeres”, exigieron las mujeres que marcharon. En la caminata un contingente de mujeres cargó un féretro en donde escribieron varios nombres de mujeres que han sido asesinadas en razón de su género, y hasta hoy la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha investigado ni castigado al feminicida. La marcha iba por contingentes: las primeras llevaban una manta que decía: “8M contra la violencia machista. Unión feminista”. Detrás de éstas venían las mujeres de la batucada, más atrás las madres y familiares de víctimas de feminicidio que con la foto de esta marcharon para exigir justicia y castigo para el responsable de la muerte de su hija. Enseguida venía un contingente de familiares que tienen hijas o hijos desaparecidos con sus fotografías; detrás de éstos venían las madres de víctimas de la violencia que no han esclarecido sus casos y que no han detenido a los responsables de sus asesinatos por parte de la FGE. Más atrás venía un contingente de mujeres que traía niñas y niños; otro era de personas adultas de la tercera edad. Más atrás venían contingentes de jóvenes universitarias, trabajadoras, amas de casa y de diferentes colectivas del estado que participaron